Juana María Condesa Lluch
Pronto se inicia en las devociones religiosas; siguiendo el ejemplo de sus mayores, hacía caridad a los necesitados.Diariamente participaba en la Eucaristía en la Iglesia del Patriarca, donde conoció a su director Espiritual, don Vicente Castañer.Haciendo este camino descubrió su vocación: desde la tartana podía ver los rostros cansados de muchas jóvenes que cada día se desplazaban desde sus casas en la cercanía de la ciudad hacia las fábricas de seda, tabaco y abanicos; eran jóvenes de clase social baja y un escaso nivel cultural que tenían que trabajar muy duramente para ganarse el pan y mantener sus familias, exponiéndose en grandes peligros al hacer a solas aquellos caminos solitarios.Pensó a abrir una casa para estas jóvenes, con el objetivo de ayudarlas a vivir con dignidad, fomentando su educación y formación religiosa, dándoles un techo, comida y amor.Por eso, emprendió la fundación de una congregación religiosa que se dedicara a su atención y cuidado.Después de mucho insistir, en 1884 le dio el permiso para abrir una casa para las obreras, pero sin que hubiera una congregación.