Juan de Villabona Zubiaurre

Les asignó tierras de resguardo y redactó unas Ordenanzas que regirían en adelante todos los aspectos de su vida social: adoctrinamiento, trajes, protectores, mayordomos, servicios, rozas de comunidad, tasas tributarias, caciques, etc.

En la primera dijo que “le tengo en el número de los que virtuosa y cristianamente viven en todas estas Provincias”, y en la segunda lo calificó como “uno de los grandes ministros que V. M. tiene en capacidad para ejercicio de grandes oficios en rectitud, celo, justicia, letras y limpieza para salir con sus buenos efectos”.

Por vía reservada y confidencial, el presidente Juan de Borja informó al rey sobre la calidad del oidor conquense: En todo se ha señalado y mostrado su inteligencia, actividad, buen celo y letras, que son lucidísimas.

El ingenio vivo y agudo, aplicado generalmente a todas las materias referidas.

Es muy estudioso y diligente, gran trabajador, limpio y entero, que todas estas partes juntas le hacen digno y merecedor de los mayores puestos de su profesión, que hay en estos Reinos de las Indias, porque demás de merecerlo su gran capacidad, las necesidades y pobreza con que vive, cargado con obligaciones de mujer y dos hijos y tres hijas, todas de poca edad, deben inclinar la generosa real clemencia de V. M. En 1624, el presidente y la Audiencia de Santa Fe informaron que “en diecisiete años que ha asistido en esta Audiencia siempre se ha desvelado en todas las cosas de su cargo y procedido en ellas con la limpieza y entereza que debe”.

Se trata de 86 capítulos relativos a la doctrina, abasto, jornales y descansos, laboreo, tributos, alcaldes de minas, etc.