En 1738 fue designado por mandato real como gobernador del Tucumán ocupando ese cargo hasta 1743.
[1] En 1739 las ciudades de Salta y Jujuy tuvieron que afrontar el ataque de tobas, mataguayos y mocovíes.
A ella asistieron los funcionarios, los jefes de todas las órdenes religiosas, los tenientes de gobernador de todas las ciudades, y analizaron los ataques sangrientos de los indígenas, las defensas de las ciudades, y todos encontraron necesaria la guerra defensiva y ofensiva contra las naciones nativas.
Con esas tropas se batió con los aborígenes obteniendo resultados favorables, recuperando a españoles que habían sido tomados cautivos, arrebatándoles a los indígenas una importante caballada y alejándolos de la frontera.
Impuso el terror de las armas, y los tobas, para evitar el exterminio, fueron los primeros en aceptar un tratado de amistad.