Donde generalmente exponía sus ideas era al Ateneo católico-monárquico de Barcelona.
[2] Cuando recibió la investidura de doctor, suprimido el juramento por la legislación del Sexenio Revolucionario, hizo pública protesta de fe católica jurando «por Dios Trino y Uno, por la Santísima Virgen Maria y por los santos evangelios, guardar, defender y observar toda su vida la religión católica», y esta declaración tan espontánea cómo solemne fue objeto de entusiastas elogios, que aparecieron en muchos periódicos de Madrid y provincias.
[4] Más adelante actuó como auditor del Ejército Real de Cataluña.
[10] Según recogió la prensa, en 1888 habría dirigido en Gerona un nuevo periódico fiel a Don Carlos.
[11] Junto con otros veteranos carlistas, colaboró en la revista político-militar El Estandarte Real (1889-1892), que dirigía Francisco de Paula Oller.