Dos grandes catedráticos le dejaron especial huella: don Antonio Sancho Corbacho y doña Concepción Fernández Chicarro, a los cuales evoca con veneración.
En 1967, al fallecer su tío José Martínez Guirao (que había sido su "maestro cofradiero", como también lo fue por otro lado su tía María Alcalde García), ingresó como recuerdo de aquel en la Hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina.
Fue el primer sevillano que se dedicó a divulgar las Hermandades de Gloria, muy decaídas durante los años sesenta, preocupándose por sistematizar y por recopilar cuanto se sabía sobre ellas, y por buscar en archivos, actas o hemerotecas nuevos datos.
Gran aficionado a la fotografía, en cuya modalidad obtuvo numerosos premios, reunió un archivo que le ha servido como soporte para ilustrar sus escritos y publicaciones, iniciando así en el Boletín de las Cofradías la sección "Documento Gráfico".
Otra de sus aficiones, cultivada desde la niñez, es construir miniaturas, belenes y pequeñas obras artesanales.
Además de las Hermandades y Cofradías hispalenses, sentía un particular interés por el resto de Andalucía y España, procuró siempre estar informado sobre ellas o acudir a algunos actos especiales, siempre que las circunstancias lo permitían.