La Iglesia católica lo declaró Siervo de Dios.
[1] Pero fue a su regreso a Valencia, después de presenciar el maltrato que se le daba a un loco en la calle, cuando Jofré fundó un hospicio para enfermos mentales denominado de los Santos Mártires Inocentes, en el año 1409, con el objeto de recoger a los pobres dementes y expósitos, y fue aprobada por el papa Benedicto XIII y el rey Martín I de Aragón.
Este es el asilo mental más antiguo del mundo occidental[2] y considerado el primer centro psiquiátrico del mundo con una organización terapéutica.
Con esta fundación asistencial se empezó por primera vez en Europa a proporcionar a los enfermos mentales tratamiento médico hospitalizado y una residencia donde pudieran vivir acogidos.
Dicho hospicio se convirtió en el actual Hospital General Universitario de Valencia.