Juan Cumella

En esta isla se convirtió en un gran empresario muy ligado al puerto de la capital.

Pero lo que sí se sabe a ciencia cierta es que su mujer Felipa, hija única del comerciante Salvador Cayetano González, heredó un importante patrimonio de su padre (la partición es de 1832, luego ella tenía en ese momento unos 25 años y su padre menos de 65 años), que Juan Cumella supo amplificar.

La casa dentro de la Hacienda de La Costa, que ya existía, la había reconstruido Cumella en 1892, siendo el arquitecto Miguel Pintor) La casa existió hasta los años setenta del siglo XX, donde actualmente se encuentra el edificio Ipanema, en Tome Cano.

Su primera mujer había sido María Enrique, natural de Tacoronte.

Casó sobre 1831 o 1832 con Jacinta Castellano y Dueño, nacida en Santa Cruz de Tenerife en 1811, con quien procreó nueve hijos.

Las relaciones sólo se reanudarán casi 10 años más tarde, a partir de 1856.

Juan Cumella por lo visto tenía un carácter de armas tomar y no solía reconciliarse con quien hubiera mantenido un conflicto.

A partir de ahí los resultados en las siguientes elecciones (últimos años del siglo XIX) no le son favorables al partido conservador liberal y coincide con que sus principales cabezas van falleciendo.

El partido quedará descabezado hasta la irrupción del siguiente generación, en la que se encontrará como figura destacada su hijo Martín Rodríguez Díaz-Llanos.

El distanciamiento aludido se produjo, pese a los esfuerzos de amigos comunes por restañarlo (Sansón, Yanes, Leal,...).

Y en otra del día 15 siguiente: "La difunta habrá sido muy severa, pero tú tienes mucho, muchísimo de que arrepentirte.

Créeme, la culpa es tuya y de los que pudieran o deberían haberte aconsejado".

Paréceme conveniente no hacer ninguna demostración para sacarlos de ese error".

Años más adelante se quiso dar a entender que el distanciamiento había sido político y no personal; lo cual fue desmentido por el grupo conservador silvelista, ya enfrentado claramente a Rodríguez Peraza -una vez muerto Cumella- a través de su nuevo periódico, Unión Conservadora (número 4, 21 de abril de 1899).