Allí aprendió a correr largas distancias, entrenado por Alejandro Stirling.
A 4 km del final, se escapó para terminar en solitario aventajando en 20 s a Samuel Ferris de Gran Bretaña, consiguiendo el oro olímpico, con un tiempo de 2 horas 31 minutos y 36 segundos, haciendo ondear la bandera Argentina en lo más alto del mástil mayor del estadio.
Sobre una distancia de 10 km, estuvo siempre entre los diez mejores del ranking mundial.
En 1936, 6º, con 30:56.2 Desde 2018, una calle en la Villa Olímpica de la Juventud en Buenos Aires lleva su nombre.
Los enfermeros y médicos que acompañaron en sus últimos momentos lo honraron por sus logros.