A finales del siglo XV era un apreciado navegante afincado en Palos (Huelva).
Posteriormente ejerció el comercio marítimo entre las islas cercanas a Santo Domingo[2].
Los navegantes descubrieron un territorio el domingo de Resurrección, festividad conocida también como día de la Pascua Florida, y puesto que, además, había plantas y flores por doquier, le dieron el nombre de Florida[3].
Sus actuaciones fueron denunciadas por los frailes dominicos pero nadie pudo impedir el comercio de esclavos[4].
En septiembre de ese mismo año regresó a Cuba.