Tanto la ciudad como el departamento deben su nombre al destacado político, jurista y escritor tucumano Juan Bautista Alberdi.
Durante el siglo XVII, en las épocas virreinales, se organizaron líneas de postas que unían Lima y Buenos Aires, usando los caminos que trazaron los españoles durante las conquistas, construidas a su vez sobres antiguos caminos aborígenes.
Pasaba por allí también todo el comercio, carretas con tabaco, charqui, cueros, harina, tejidos con destino a Buenos Aires, regresando con mercancía del puerto.
La nueva población que fue fundada en 1888 se denominó Juan Bautista Alberdi (nombre en honor al prócer, denominado en el gobierno de Lidoro J. Quinteros por ley, el 26/11/1888) la otra mitad de la Posta se mantuvo como Naranjo Esquina, algunos viejos pobladores seguían denominándola villa Marañón en alusión a los antiguos dueños, luego pasó a ser mencionada como Villa Alberdi.
Años más tarde su esposa Exaltación Sosa y Barrionuevo nacida en Catamarca en 1848, el 7/10/1907 dona en su vejez un terreno para que se construya la Escuela Las Heras.
Aunque años antes en 1901 pretendió impedir que la Iglesia construya sobre el terreno donado por su marido al encontrarse en dificultades.
Tanto la ciudad como el departamento deben su nombre al destacado político, jurista y escritor tucumano Juan Bautista Alberdi.
Según estimaciones y proyecciones, para el año 2025, esta ciudad es una de las pocas que lograra crecer con ritmo muy acelerado, conformándose un área conurbana o metropolitana con sus alrededores.
Históricamente se ha producido madera para aserrar, maíz, trigo, arroz, tabaco, caña de azúcar.
Estas arterias cruzan el área central de la ciudad, en donde se observa el crecimiento urbano, edilicio y comercial.