En aquel regimiento fueron alojados varios detenidos por el suceso, y Pita entró en contacto con aquellos.
[2] Pita se destacó como interlocutor entre partidos políticos y sindicatos con los sucesivos gobiernos militares argentinos desde el golpe de 1955.
Fue secuestrado en La Plata en mayo de 1976 por el grupo armado Ejército Popular de Liberación, brazo armado del Partido Comunista Marxista Leninista, y alojado en un pozo (cárcel del pueblo), y se fugó en diciembre de aquel año.
Su experiencia sobre sus días en cautiverio, en los que afirmó haber sido sometido a simulacros de fusilamiento, fueron relatadas en su libro Mi testimonio que publicaría tiempo después.
[5] Se mantuvo en el cargo cuando entregó el poder a las autoridades electas en 1983.