Probablemente fue maestro del pintor Tenshō Shūbun en el monasterio Shokoku-ji en Kioto.
El contrate entre lo escuridizo del pez y la dureza de la calabaza es subrayada por la confrontación de líneas curvas (la calabaza, el bambú, las cumbre del fondo, la corriente del río y la ribera) y líneas más duras con las que dibuja al hombre andrajoso que pretende pescar.
El cuadro posee una inscripción en la que afirma haber sido un kakemono encargado en "nuevo estilo" (pintura con tinta monocroma o sumi-e) por el shogun Ashikaga Yoshimochi.
Se cuenta que Yoshimochi mandó llamar a los 31 monjes más brillantes de las Cinco Montañas (los cinco monasterios Zen con más reputación de Kyoto) para que escribieran comentarios sobre tan sugerente pintura.
La obra puede ser interpretada como un episodio de humor Zen, o como un koan visual, una forma pensada para provocar en el espectador el satori o estado de iluminación interior.