Hijo de nobles, de joven fue bandolero y muy pronto se declaró opositor a Felipe IV.
Derrotó al ejército real en las cercanías de Tarragona.
Se entrevistó con el cardenal Richelieu a quien garantizó fidelidad por parte catalana si el francés cumplía con sus compromisos.
Participó en la defensa de Barcelona, sitiada por los lealistas, hasta que en 1652 se vio obligado a abandonarla, ordenando la capitulación de la ciudad.
Intentó en diversas ocasiones invadir Cataluña hasta que la firma del Tratado de los Pirineos le hizo abandonar sus proyectos militares.