Pese a que no era político, sus posturas estaban alienadas al Partido Conservador Colombiano.
Castro fue nombrado rector de la Universidad del Rosario, ocupando el cargo desde 1930 hasta 1968,[3] siendo muy influyente en la sociedad colombiana dominada por los liberales, pese a que los conservadores habían perdido el poder en ese año.
Castro elevó los estándares de calidad de la universidad, y la llevó a su proyección internacional a partir de los años 40.
[4] En contraste, Castro rechazó el ingreso de Gabriela Peláez Echeverry a la universidad, quien en el futuro se convirtió en la primera mujer abogada de la historia de Colombia[5][6],[7] egresada de la Universidad Nacional, quien si le permitió ingresar en sus aulas.
[8] Sin embargo, en 1956 admitió a Olga Villa Mejía en la facultad de Jurisrpudencia, convirtiéndose ella en la primera mujer en estudiar en dicha universidad.