José María de Yermo y Parres

Fue educado cristianamente por su padre y su tía Carmen ya que su madre murió a los 50 días de su nacimiento.

Desde joven sintió vocación a la vida sacerdotal.

Entró luego al Seminario de León, Guanajuato, México.

Al día siguiente, celebró su primera Misa, el recuerdo de ello estuvo unido a su compromiso religioso: “¡Mi primera Misa!

Su fama de santidad se extendió rápidamente en el pueblo de Dios que se dirigía a él pidiendo su intercesión.