José Luis González Sánchez

Durante los siguientes años González y Abascal mantuvieron una intensa rivalidad por ver quien era el mejor mediofondista español de la época, lo que contribuyó en buena medida a popularizar el deporte del atletismo en este país.

En esos Juegos, José Manuel Abascal logró una meritoria medalla de bronce.

Tras tres títulos europeos en los 1500 metros en pista cubierta, en los siguientes campeonatos, los de Liévin 1987, decidió probar en la distancia superior, los 3.000 metros, y acabó logrando una gran victoria, por delante de un futuro campeón olímpico, el alemán Dieter Baumann.

En los Campeonatos del Mundo al aire libre de Roma 1987 logró por fin la ansiada medalla, al ser segundo los 1500 metros, siendo superado por el somalí Abdi Bile, mientras el norteamericano Jim Spivey se llevaba el bronce.

Tras comenzar de forma inmejorable 1988 con un nuevo título europeo en los 3.000 metros en pista cubierta, todas sus esperanzas estaban puestas en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, que serían sus terceros Juegos y donde partía entre los grandes favoritos al oro.

Sin embargo una lesión semanas antes de esta cita dio al traste con sus opciones y no pudo participar.