José Luis Blasio

[1]​ Antes de prestar sus servicios directamente a Maximiliano I, y gracias a su dominio del idioma francés, aunque también sabía italiano y alemán, Blasio sirvió de intérprete al ingeniero belga Félix Eloin, quien era cercano al emperador.

Cuando el ingeniero Eloin dejó México, Blasio pasó a prestar servicios al comandante Loysel.

Blasio aceptó la invitación del emperador y se quedó a descansar unos días en Veracruz.

Mantuvo su cargo hasta la muerte del soberano en Querétaro, de cuya ejecución fue testigo presencial.

La historiadora Patricia Galeana escribió al respectoː[4]​ Durante los años de servicio al emperador, realizó diversos viajes a Estados Unidos y España, lugar donde conoció a su primera esposa, con la cual tuvo 2 hijos (Daniel Blasio y Alejandro Blasio), pero con la caída de Maximiliano, se perdió contacto, debido a la inestabilidad financiera de José Luis.

[3]​ Fue después de su jubilación del Ferrocarril Mexicano cuando Blasio se dedicó a escribir su libro, Maximiliano Íntimo.

En su texto menudean las situaciones de las que fue partícipe debido a su privilegiado cargo como secretario personal del emperador.

Dicha obra logra transportarnos al Segundo Imperio, a través de un lenguaje sencillo, ameno y claro.

Libro Maximiliano Íntimo (1905).