Allí colaboró con asiduidad con otro compositores del estudio, tales como Harry Gregson-Williams o el propio Hans Zimmer.
Más tarde se aventuró en el jazz y la música rock, tocando en la banda de soul The Fabulistics.
Después de abandonar la universidad compuso música para comerciales, lo que le llevó a trabajar como asistente del compositor Patrick Doyle en varias producciones cinematográficas, incluyendo Mucho ruido y pocas nueces.
Dos años más tarde volvieron a colaborar en la banda sonora de Chicken Run, así como en Shrek un año después.
También compuso para X-Men: The Last Stand, y para Happy Feet, por la que ganó una nominación a la Mejor Música Original para una Película Animada en los BAFTA.