Dedicó su vida a la construcción de carreteras, área en la que inventó un nuevo proceso que resultó en la creación del macadán, una superficie de piedra machacada apisonada lisa y dura, más duradera y con menos facilidad para embarrarse que los caminos de tierra.
McAdam se trasladó a Nueva York en 1770 y amasó una fortuna como mercader y contable durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
McAdam recibió 5.000 libras esterlinas por su trabajo para la Bristol Turnpike Trust y fue nombrado “agrimensor general de carreteras metropolitanas” en 1827.
La madre de este militar fue Emilia McAdam, descendiente directa del ingeniero.
John Loudon McAdam: Chapters in the History of Highways.