En 1799 estudió la oxidación o corrosión bimetálica, demostrando su carácter eléctrico y no meramente químico, como suponían sus contemporáneos; esta idea la extendió un tanto osadamente a todos los procesos químicos.
Fue el primero en simplificar razonadamente la pila voltaica originaria, eliminando por innecesarias las dos piezas metálicas de sus extremos (1801).
En 1801 descubrió que los rayos invisibles situados justo detrás del extremo violeta del espectro visible eran especialmente efectivos oscureciendo el papel impregnado con cloruro de plata.
Finalmente estos términos fueron dando paso a los más modernos de radiación infrarroja y ultravioleta respectivamente.
También hizo numerosos experimentos de electrólisis y se fijó explícitamente en la deposición metálica sobre el electrodo positivo, lo que le convierte en precursor de la galvanoplastia.