Fue asignado a la parroquia de Taxco, la cual dirigió durante ocho meses.
Impartió clases en el Sagrario Metropolitano de la Ciudad de México, y poco después fue asignado a la parroquia de Tenango del Valle, donde residió ocho años.
Desde su época de seminarista comenzó a escribir poesías, las cuales se dieron a conocer en el periódico La Voz de México por iniciativa del padre Tirso Rafael de Córdoba.
[6] En 1896 tomó parte del V Concilio Provincial Mexicano.
Siguió publicando sus poemas y traducciones.