Ximena Blázquez

Viendo los musulmanes que su plan para sacar las tropas de la ciudad había funcionado, realizaron los primeros movimientos para cercar la ciudad.

Al advertir el movimiento de las tropas enemigas, Ximena reunió a todas las mujeres, viejos y niños y ordenó que tomaran las armas, escudos y ropajes que habían quedado de los hombres, que se cubrieran con cotas de malla, ropas de guerreros, cascos de metal y yelmos (en el caso de las mujeres para ocultar el pelo largo y su cuerpo femenino).

La población así disfrazada se colocó en las zonas más altas y visibles de la muralla, encendieron antorchas y teas, gritaron y tocaron las trompetas de guerra para simular un ejército.

[1]​ Los informadores de los árabes, al ver lo que parecía una ciudad fuertemente defendida, comunicaron a su caudillo Abdalla Alhazen que la ciudad no estaba desocupada.

Al considerar que Ávila estaba fuertemente defendida se retiraron sin intentar el asedio.

Estatua en la plaza de San Miguel, Ávila