Es también nieto del famoso africanista y explorador español Manuel Iradier.
Su siguiente equipo sería el FC Barcelona, por un espacio de 5 años, llegando a la internacionalidad absoluta.
El Club de Amigos del Baloncesto de Albacete logró esa temporada 86-87 el ascenso a Segunda División e Iradier terminó instalándose en Albacete.
En la temporada 89-90, y con los 40 años cumplidos, Iradier pasó al banquillo del equipo albaceteño.
Después del baloncesto se dedicaría profesionalmente a ser pintor de brocha fina.