Más tarde evolucionó hacia una línea más clasicista, con influencia de Horacio y Virgilio, tendencia que se plasma en Ritmes (1909), donde adaptó al catalán por primera vez el hexámetro latino.
Versificació d'un poema simfònic ideal (1910), Oda a Salomé.
Su obra poética perdió en buena medida su raíz modernista y se centró en un tono melancólico y de un cierto misticismo cristiano, con un claro referente en Jacinto Verdaguer y cierta influencia de Joan Maragall: Aiguaforts i aigües vessants (1921), Poemes de l'esperit i de la terra (1934).
[2] Como traductor, tradujo obras de Wagner, Goethe, Anacreonte, Horacio, Mallarmé, Heredia, Carducci, D'Annunzio, Ronsard, Labé y Rossetti.
[2] Dejó inéditos el diario Blondina y la novela autobiográfica El fill pròdig, mientras que algunos fragmentos de la novela El meu viatge a l'illa de Lesbos se publicaron en 1978 con el título Una Cleo i altres narracions.