Jerónimo López Salazar Martínez

En 1915 prosigue sus estudios en Madrid en la Escuela Especial de Pintura Escultura y Grabado.El catedrático de escultura es Miguel Blay que pronto se percataría del potencial artístico de Jerónimo y que se convertirá en su más acérrimo defensor, cuando la Diputación de Ciudad Real le retire la pensión a nuestro joven escultor y sin medios económicos deba regresar a su ciudad.Esta iniciativa de Miguel Blay y Carlos Vázquez es seguida por Ángel Andrade, Tomás Argüello y Enrique de la Lastra entre otras personalidades para que la Entidad Provincial restituya esa beca que permita a López-Salazar continuar formándose.Entre 1916 a 1926 se desarrolla su etapa madrileña, son años muy intensos, en los que la prensa le nombra en diversas ocasiones y su obra aparece fotografiada en los catálogos de los certámenes nacionales y en la prestigiosa Gaceta de Bellas Artes.Jerónimo, aunque desde los 13 años reside fuera de Ciudad Real y no regresará de manera definitiva hasta los 37 años, nunca perdió el vínculo con su ciudad, pues allí vivían su madre y su hermana, que visitaba siempre que podía; además colaboraba como ilustrador de la revista Vida Manchega, se presentaba a algunos concursos, como el del Monumento a Cervantes, del que quedó como único finalista y también hizo algunos encargos como La Alegoría de la Primavera, la primera estatua de un proyecto de las Cuatro Estaciones y único desnudo que permaneció expuesto en la ciudad desde 1925, que a pesar de ser un tema polémico, debido a moralidades dispares a lo largo del siglo XX, esta obra fue respetada siempre por todos y estuvo expuesta en el referido espacio, aunque con ubicaciones diferentes.En estas excursiones domingueras Andrade hace las tablillas de su tercera etapa, mientras que Jerónimo pinta paisajes del natural, pero a la acuarela.Un contrato como profesor de Dibujo en el instituto de Cuevas del Almanzora, hace que nuevamente abandone la ciudad y se vaya a aquella prospera localidad, que sustenta la minería y construye bellos palacetes modernistas.Durante estos años que vive en el Levante Almeriense sigue esculpiendo, el museo de Almería le encarga que restaure un torso y un capitel aparecido en la zona del valle del Almanzora.En su aula están matriculados dos alumnos que siempre le recordaron con cariño, Manuel López Villaseñor y Joaquín García Donaire.Entre otras obras de este género están: Cervatilla, El último desarme y Tres elefantes realizados en los 50.El tándem cultural formado por el matrimonio dejó huella en la ciudad, además de conseguir nuevas sedes para los centros que ellos dirigieron.
Filósofo Místico de Jerónimo López-Salazar Martínez. 1920
Aurora en 1917
Dibujo del Casino en 1918