También se vio influenciado por las obras de los grupos artísticos centroeuropeos Die Brücke y Der Blaue Reiter así como del pintor renacentista El Greco.
[2] Sus pinturas naturalistas, cercanas a la estética del francés Jean-François Raffaelli,[3] ya le habían permitido alcanzar cierta celebridad, en particular a través de óleos como La vie du lavoir (La vida en el lavadero) y Jour d'hiver à Montmartre (Día de invierno en Montmartre).
[6] También conoció a Thomas Carlyle[6] y a Paul Serusier, quien le presentó el grupo de los nabis, que dejará una huella profunda en su estética, siendo particularmente relevante el contacto con la obra del suizo Félix Vallotton.
[7] Dentro de los temas recurrentes en sus obras se encuentran la naturaleza como fuerza creadora, trascendente o armoniosa, y su comunicación dinámica con los humanos.
[3] Del mismo modo, el autor toma elementos cercanos como su cuerpo o su esposa y su hijo como expresiones de sus reflexiones estéticas.
[2] En 2005 el Museo abrió una nueva ala dedicada a su obra antigua, tal y como lo estipulaban los términos de la donación.