Desde muy pequeña, vive en el castillo de Hauterive (cerca de Castres), dónde su madre enferma se ha retirado para cuidarse.
Pronto la congregación ve crecer el número de sus hermanas, y su fama se extiende a África (Senegal, Gambia, Gabón).
La congregación no tenía más que 12 años y sólo unos 40 miembros cuando sonó la llamada de África en el corazón de Emilie.
En efecto, es en 1847 cuando Emilie maduró el proyecto para enviar a las hermanas al Senegal.
Una preocupación, una ambición en el corazón de Emilie y de las valientes misioneras: "Ir donde nos llama la voz del pobre".
Muy pronto esta misma voz se oirá en América Latina.
Hoy la congregación, habitada por el mismo dinamismo, sigue respondiendo con el mismo espíritu y la misma generosidad a esa voz que la llama para extender su misión a través de cuatro continentes.
Las hermanas, fieles a la intuición primera de Emilie queriendo ser discípulas de Jesús Salvador, fortalecen un único deseo: ofrecer el Evangelio y promover la vida, la paz y la justicia a través del compromiso misionario.
En la actualidad, esta Congregación dispone de escuelas, hospitales y obras parroquiales y sociales en los siguientes países (aparecen ordenados según el año de implantación): Francia (1836), Senegal (1848), Gambia (1848), Gabón (1849), España (1903), Italia (1904), Brasil (1904), Argentina (1905), Paraguay (1939), Uruguay (1957), México (1982), Benín (1988), República Democrática del Congo (1990), Bolivia (1992), Venezuela (1996) y Filipinas (1997).
Otros países donde en algún momento la Congregación ha dispuesto de sede permanente han sido Portugal (1886-1910), Guinea Ecuatorial (1897-1918) y Camerún (1915-1916).
Generalmente, si las hermanas Azules sirven a “solo Dios” según la divisa de su fundadora, es en el encuentro con los pobres donde están a su servicio.
En el espíritu mismo de su fundadora, serán pues enviadas a los lugares de pobreza: Cuando la Iglesia quiere dar en ejemplo a los cristianos uno de sus miembros difuntos, pone en marcha para él, un proceso de beatificación (El o ella será declarado/a “beato/a”) concluido normalmente por la canonización.
Puso su dedo en el enchufe y recibió una descarga eléctrica.
Se la encontró ocho minutos después, paralizada y gimiendo Al llegar a urgencias del hospital, Emilly estaba morada, desmayada, sin pulso ni respiración: tenía un paro cardiaco.
Cuando el corazón empezó a dar el primer signo de vida, cogió una ambulancia y la llevó al hospital Dom Malan.
Cuando la Hermana Ana Célia recibió la noticia del accidente de la nieta del Sr. Rafael, comenzó a invocar a la Fundadora ante una imagen que tenía una reliquia.