Miembro de una familia de pintores, su padre, el retratista François de Troy (1645-1730), le inició en la pintura y le animó a viajar a Italia, paso obligado para cualquier pintor de la época, donde residió entre 1699 y 1706, principalmente en Roma, pero también visitó a otras ciudades del norte de aquel país.Aunque su dedicación principal fue la «pintura de historia», ocupado en asuntos religiosos, mitológicos o históricos, trató también los temas ligeros con escenas de la vida cotidiana (fêtes galantes) a la manera de Antoine Watteau.De regreso en Francia, en 1708 ingresó en la Academia.Entre 1724 y 1737, trabajó en Versalles y Fontainebleau, y diseñó cartones para las manufacturas de Gobelinos (Historia de Ester, Historia de Jason).Entre sus alumnos destacan Marianne Loir y Antoine Favray, pero también Tadeusz Kuntz.