En mayo de 1793 fue asignado como representante del ejército en los Pirineos, donde resultó herido.
Atacado tras su regreso a París por haber votado contra Marat y sus asociaciones girondinas, se defendió a sí mismo basándose en sus actividades en el ejército.
Durante la reacción termidoriana, Féraud se unió a los oponentes de Robespierre y, junto a Paul Barras y sus tropas, irrumpió en el Hôtel de Ville en busca de los montagnards que se hallaban allí escondidos.
La Convención, con el ejército mobilizado ante amenazas externas y desplegado en las provincias con el fin de evitar rebeliones, no se hallaba en condiciones de hacer frente a posibles disturbios en París.
Ésta fue la primera y única ocasión en que un legislador fue asesinado por los ciudadanos de París.