Jean-Baptiste Marchand

Puesto que su padre era demasiado modesto para ofrecerle largos estudios, ingresó a los 13 años en la escribanía de un notario.

[1]​ Para esta expedición tan peligrosa desde consideraciones sanitarias, militares, logísticas y políticas, Marchand no escatimó detalles.

Demostrando gran autoridad y el máximo cuidado en la preparación, se rodeó de experimentados oficiales, entre ellos un teniente (después capitán) Charles Mangin, el futuro general Mangin de la Gran Guerra.

La expedición incorporaba 150 tiradores senegaleses, empleados como soldados, porteadores y sirvientes de los oficiales franceses.

[1]​ En 1896, Marchand, al frente de una gran tropa, se puso en marcha progresando Nilo arriba y reprimiendo varias rebeliones antifrancesas.

Cumplió su propósito, pero no podía resistir indefinidamente a un ejército británico mucho más potente.

Gozaba de una popularidad nacional, que parecía prometer el mejor futuro militar.

Entró en el periodismo y trató de hacer política, pero sin mucho éxito.

Fue herido en octubre por un cascote de obús que le rompió la tibia, y regresó al frente un mes más tarde, no curado del todo.

Mihiel (invierno y primavera de 1918) y luego frente al Château-Thierry a finales de mayo, donde impidió a los alemanes el pasaje del Marne.

[4]​[5]​ Tenía en vida, ya desde 1901, una calle dedicada a su memoria (rue du Commandant-Marchand, XVI Distrito de París).

La estatua del comandante ya no existe, pues fue volada por activistas anticolonialistas en los años 1960.

El capitán Marchand (dibujo de 1898)
Convaleciente en el frente, sale de su cuartel general