Jean-Bédel Bokassa
[1] Bokassa nació en Bobangi, Congo Medio, en la región francesa del África Ecuatorial (actual República Centroafricana).Poco después se hizo nombrar secretario general del partido político MESAN: Mouvement pour l'évolution sociale de l'Afrique Noire (Movimiento por la Evolución Social del África Negra, en francés).En marzo de 1972 se hizo autoproclamar presidente vitalicio por un Congreso extraordinario del MESAN convocado a tal efecto.Todo esto no fue más que un acto calculado para asegurar ayuda económica por parte de Libia, ya que su plan personal de erigirse en monarca estaba ya decidido.El soberano promulgó una constitución imperial, se convirtió al catolicismo y se coronó a sí mismo como Emperador Bokassa I en una fastuosa ceremonia el 4 de diciembre de 1976, que causó estupor en el resto del mundo y contó con la multitudinaria presencia del pueblo en Bangui.Bokassa I era Empereur de Centrafrique par la volonté du peuple Centrafricain, uni au sein du parti politique national, le MESAN, "Emperador de África Central por la voluntad del pueblo centroafricano, unido al partido político nacional, el MESAN".El Emperador contaba con el apoyo de sectores populares, que aún añoran su régimen.[cita requerida] Muchos pensaron que Bokassa estaba loco, y se le comparó con el dictador ugandés Idi Amin por sus egocéntricas extravagancias.Con el tiempo, la prensa francesa se fue volviendo cada vez más crítica de la cercana relación entre Giscard d'Estaing y Bokassa, particularmente después de que se revelara que el emperador asiduamente daba diamantes como regalo al presidente.[4] El expresidente Dacko, apoyado por Francia, intervino con la fuerza militar aprovechando una visita oficial del Líder de Libia.Su avión privado consiguió aterrizar cerca de París y el gobierno francés rehusó cualquier contacto oficial con el derrocado emperador, al tiempo que multiplicaba sus gestiones privadas para encontrarle un país de acogida, alegando razones humanitarias.Sin embargo, Bokassa no cejó en su empeño de regresar a su país y recuperar el poder.Bokassa se estableció entonces en un palacete que había adquirido años atrás en las proximidades de París.Durante el juicio fueron levantados los cargos de canibalismo, que no pudieron ser demostrados.[3] Los libros de historia cuentan que al emperador le gustaba comerse a sus esposas y opositores.El cocinero también dijo que en los viajes privados al extranjero, el dictador se alimentaba con chorizo y jamón elaborados con las mismas ‘materias primas’.