Integrante de Los Cantores del Alba en 1958 junto a Tomás Tutú Campos, Gilberto Vaca y Alberto González Lobo.
Su estilo de voz incomparable fue siempre el tono bagualero que se metió en el conjunto, y aunque su voz era naturalmente grave, levantaba unos falsetes impresionantes para sus bagualas.
Su instrumento era el bombo y acompañaba como segunda voz en forma de baguala al inigualable Tomás Tutú Campos y a Horacio Aguirre en la segunda guitarra cuando debían interpretar valses o serenatas, también estuvo en la formación que integró Santiago Gregorio Escobar.
Su trágica muerte se produjo el 31 de julio de 1978 en la Curva del Infiernillo en Rosario de la Frontera (provincia de Salta), muriendo a la edad de 37 años y en pleno éxito del grupo, que había grabado más de 20 discos.
«Para mi Quiaca» (takirari)