Los jardines son pequeños y parcos, pero de gran importancia ecológica e histórica.
Pertenecen, igual que el palacio, a Patrimonio Nacional y fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1934.
[1] Los jardines del Palacio de El Pardo siguen modelos italianos, con una organización geométrica y simétrica de los parterres y un trazado articulado a partir de ejes axiales y perpendiculares, que tomaban la referencia del palacio.
A ambos lados de la avenida principal se extienden bosquetes de pinos piñoneros, magnolios, pinsapos y cedros.
Además de estos, crecen otras especies con un mantenimiento mayor tales como rosaledas, setos de boj y pequeñas praderas.