Jaime Ardévol y Cabré

[3]​ Los desastres ocasionados por la contienda en 1811 acumularon en la villa de Reus un número elevado de mendigos, lo que obligó a establecer un asilo en el entonces deshabitado convento del Carmen para dar cobijo a ochocientas personas.[3]​ Algunas de las ideas emitidas en este periódico llevaron a su encausamiento y fue finalmente reducido a prisión y encerrado en los calabozos del tarraconense castillo de Pilatos.[3]​ Allí permaneció durante quince meses; condenado por los tribunales inferiores, la Audiencia de Barcelona lo absolvió.[3]​ Verificado el invento en el puerto de Salou, en el acta notarial del acto se escribió lo siguiente:[3]​[4]​ Analizó, asimismo, las ventajas que su aplicación podría brindar a la agricultura española.[4]​ Fungió, asimismo, como lazareto durante la epidemia de fiebre amarilla que afligió al peñón.[4]​ Allí público Apuntes sobre la Cárdite intertropical, que, según Elías de Molins, recibió el elogio de periódicos y críticos franceses, alemanes e ingleses.[6]​ En 1834, con el beneplácito del Ayuntamiento de Reus, solicitó apoyo para fundar en aquella localidad una escuela de artes y oficios en la que se enseñasen dibujo, matemáticas, geometría y artes mecánicas.