Estaría relacionado con el jaguar común, con una apariencia similar a una forma aberrante o anormal del mismo.
Tradicionalmente, todos los grandes felinos observados en el continente americano de color dominantemente negro son adscriptos al jaguar o yaguareté (Panthera onca).
Se expresa fenotípicamente con un pelaje muy oscuro, el cual no suele lograr ocultar del todo las típicas marcas de la especie que se mantienen gracias a exhibir un color negro aún más oscuro.
A esta última se la describe supuestamente como aún más grande que las otras dos, de un color oscuro o gris oscuro (de allí lo de “azul”) y en algunos casos con más pelo en la cabeza y el cuello, recordando al león africano; tendría hábitos menos acuáticos que el yaguar y sería mucho más peligroso que este último.
[4] Georges-Louis Leclerc de Buffon, en su “Histoire Naturelle” también describe al oscuro tercer gran felino sudamericano, aunque le otorga menor tamaño.
[5] Este animal predador se mantuvo durante siglos apenas en la categoría de críptido, es decir, más ligado en sus aspectos folclóricos o culturales en su asociación a las etnias referidas y sin relacionarlo seriamente con un taxón real.
[7] Es simpátrica con el jaguar corriente, del que se diferencia también por su mayor tamaño y porque caza en parejas (P. onca en cambio es un predador solitario).
Estábamos mal armados; yo con un revólver calibre 32 corto y mi amigo con un pobre rifle 22; ni locos hubiéramos intentado cazarlo.
—Pero mire, ¡la gran siete, dan Luis!, estos rastros no son tan viejos, quizá de unos cuatro o cinco días.