La jactatio capitis nocturna es un fenómeno paroxístico no epiléptico propio de la infancia.
Se considera un trastorno del sueño, aunque su gravedad es leve, pese a esto se debe proteger al niño/a, modificando su entorno para dormir, de una forma más segura, para evitar golpes de mayor intensidad.
Su aparición es en niños/as de 9 a 24 meses, y sus síntomas van espaciándose con el paso del tiempo, hasta remitir.
sus orígenes son debatidos en la actualidad, una teoría fundamenta que son movimientos propios del mecimiento para la conciliación del sueño, sin embargo otra teoría cree que es una forma de expresión de la actividad e incluso estrés infantil acumulado durante el día.
Desde la terapia de conducta, se puede emplear un estímulo aversivo asociado al episodio (por ejemplo, una luz o un sonido).