Esta sociedad estaba destinada a favorecer el estudio comparativo de instituciones en un amplio marco geográfico y cronológico.
Finalizada la guerra, se instaló en Bruselas donde ejerció como abogado interesándose principalmente a la causa de las víctimas del conflicto.
[2] Entre 1921 y 1924, el Rey Alberto I de Bélgica le encargó enseñar historia al príncipe Leopoldo.
Así, como secretario del rey, estuvo activo en la agitada política belga de ese periodo.
[2] Durante esos años dejó de lado su trabajo sobre Egipto antiguo para centrarse en la historia universal.