En 1789 fue elegido diputado a los estados generales por el tercer estado de Rouen, y en la Asamblea Constituyente su elocuencia le valió una gran influencia.
En 1788 participó en la agitación que contribuyó a la destitución de los Estados Generales.
Abogó por la supresión de las órdenes religiosas y de todos los privilegios eclesiásticos, y contribuyó activamente al cambio del sistema judicial y administrativo; en particular, exigió la redacción de un código civil uniforme.
El artículo cinco de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano fue adoptado por su iniciativa, pero sus esfuerzos más importantes rodearon el proceso por el cual Francia se dividió en departamentos hasta 1790.
Además de sus discursos e informes, escribió: