Jacob Marley

Debido a su incontrolable avaricia y tacañería e imparable abuso de ganancias a costa de sus clientes, su espíritu está condenado a llevar por toda la eternidad una pesada y larga cadena forjada en vida, metro a metro, como forma de pago por sus malas acciones.

Ambos presentaban un trato sumamente denigrante hacia las personas sin recursos, especialmente en la época decembrina, al negarse casi por completo a otorgarles como descanso el día de la Navidad.

Su personaje le otorga el título al primer capítulo (o en este caso, a la primera estrofa) de la novela, para describir la vida de Scrooge y la casa de cambio donde ambos trabajaban hasta el fallecimiento de Marley: Scrooge siguió laborando ahí.

En el séptimo aniversario de su muerte, que es en la Nochebuena, el espectro de Marley se le presenta a su ex socio superviviente Ebenezer Scrooge, para anunciarle que recibiría la visita de tres fantasmas más en las horas siguientes, para evitarle un destino similar al suyo y al de los otras almas en pena.

Scrooge no cree en su presencia hasta que los gritos de lamento del espectro retumbaron terroríficamente en la sala.