Hyacinthe-Marie Cormier

Siendo seminarista ingresó a la Tercera Orden de Santo Domingo.

Fue ordenado sacerdote por Félix Dupanloup, obispo de Orleans, en 1856.

Por problemas de salud tuvo que retrasar continuamente su profesión religiosa.

Entre otras cosas, Cormier fue conocido en su tiempo por sus predicaciones, direcciones y retiros espirituales.

[3]​ Los restos del beato se veneran en la Iglesia de Santi Domenico e Sisto en Roma.