Hasta esa fecha, había gobernado las ciudades de Ruza y Zvenígorod.
Esta política fue rápidamente abandonada e Iván mantuvo su lealtad a la Horda de Oro.
[2] Autores contemporáneos describieron a Iván como un gobernante pacífico y apático que no se inmutó incluso cuando Algirdas de Lituania capturó la capital de su suegro, Briansk.
Al igual que su hermano, Iván II no fue tan exitoso como su padre o abuelo en cuanto a la expansión territorial.
No obstante, pudo anexar zonas del suroeste de Moscú, en particular Bórovsk y Vereyá.