Iván Isákov

Su tío había soñado con servir en la marina y tenía una biblioteca de literatura marina, lo que inspiró a Isakov una afición idéntica a la de las embarcaciones.

En 1918, participó en varias batallas contra la Armada Imperial Alemana hasta la firma del Tratado de Brest-Litovsk, que puso fin a la guerra entre Rusia y Alemania, concediendo el Mar Báltico a esta última.

[5]​ En 1920, Isakov fue transferido y asignado al destructor Deyatelni, que patrulló desde el río Volga hasta el mar Caspio y posteriormente bombardeó las posiciones de las fuerzas Intervención aliada en plena guerra civil rusa.

En 1932, Isakov se convirtió en profesor y jefe del departamento de arte naval de la Academia Naval Militar soviética y enseñó como profesor durante cinco años hasta que fue ascendido a comandante de la Flota del Báltico.

Se reunió con el Secretario de la Marina, pero la delegación se fue con las manos vacías, ya que Estados Unidos no estaba dispuesto a conceder ayuda a la Unión Soviética.

No obstante, Isakov sirvió temporalmente en la Flota del Norte de la Bandera Roja Soviética hasta 1942, cuando se convirtió en comandante en el Frente del Cáucaso Norte, donde las fuerzas alemanas intentaban penetrar en los campos petrolíferos de Bakú.

Entre 1932 y 1933, participó en un informe militar soviético que examinaba las tácticas navales alemanas, especialmente las de los submarinos, utilizadas durante las batallas de la Primera Guerra Mundial.

El académico Abraham Alikhanov escribió que Iósif Stalin dijo: "Un verdadero almirante de la flota, el camarada Isakov.

En enero de 1965, Isakov escribió en el periódico Nedelya que "durante siglos los enemigos extranjeros han intentado cerrar al pueblo ruso todas las salidas al mar".

Luego recordó, cómo "el reino de Astrakhan ha bloqueado el mar Caspio.

En el Báltico el papel de Cerbero lo desempeñaron a su vez los Caballeros Livonios, la Liga Hanseática y más tarde Suecia".

Tanto la Unión Soviética como Armenia han emitido sellos de correos dedicados a Isakov.