Un humor grotesto penetra sus obras, no hay en ellas inequívocamente buena o mala gente, las tragedias a veces se vuelven comedias y los protagonistas de sus escritos, reaccionan a los acontecimientos ora así ora asá.
En 1952 aparece su relato Lila tinta, aceptado con animadversión por la política cultural de la época.
No sólo en Hungría, sino en la literatura universal fue una novedad el extraordinariamente breve, concentrado, filosófico o grotesco estilo.
En 1964 escribe y en 1967 representa el drama Tóték, traducido más tarde a varias lenguas, le trae el éxito mundial.
Del drama, en 1969 se rueda una película, dirigida por Zoltán Fábri titulada Isten hozta őrnagy úr.