En 1888 ingresó en el colegio Nueve de Octubre de la capital orense, donde le tomó el gusto al quehacer periodístico, en aquel entonces publicó El Rifle y El Martillo; a los 17 años, tras haber quedado huérfano de padre se dedicó a actividades agrícolas, comerciales e intelectuales.
Después de 4 años contrajo matrimonio con Herlinda Castro Santander con quien procreó numerosa familia que continuó su obra, especialmente en el campo del periodismo, allí sus hijos: Ismael, Sucre, Francisco, Efraín, Franklin Pérez Castro sus nietos y las siguientes generaciones que heredaron su interés por el periodismo y la empresa familiar.
Entre los años 1901 a 1902 con el aporte de valiosos contemporáneos fundó los periódicos La Idea Libre y El Machaleño y colaboró en el diario El Centinela de Oro, editó además por sí mismo el semanario El Eco juvenil.
En 1906 continuaba compartiendo sus opiniones políticas a través de varios periódicos del país, lo que provocó que fuera recluido en la ciudad de Guayaquil, quedando en la ruina.
En homenaje a su memoria existen centros educativos, monumentos y calles del país que ostentan su nombre.