Aunque se dio a sí misma una lengua oficial (esperanto), un gobierno, una moneda y un sello postal,[2] nunca fue reconocida formalmente por ningún país del mundo como nación independiente.[2] El episodio fue lentamente olvidado, considerado durante décadas solo como un intento de "urbanizar" el mar para obtener ventajas comerciales.En el verano de 1962, sin embargo, debido a problemas técnicos y financieros, la construcción se detuvo; además, en octubre del mismo año, las autoridades italianas ordenaron su remoción por ser un obstáculo para la navegación.Mientras tanto las obras continuaron en la isla: sobre los pilotes se construyó una superficie de ladrillo reforzado a 8 metros sobre el nivel del mar, de los que se levantaron muros para delimitar habitaciones.Las acciones de Rosa fueron consideradas por el gobierno italiano como una estratagema para recaudar ingresos turísticos sin pagar impuestos, dado que la isla era fácilmente accesible desde la costa italiana.Fue prohibido cualquier atraque a la isla, por lo que no se le permitió el desembarco en tierra al guardián Pietro Ciavatta y su esposa, las únicas personas en la isla en este momento.El 10 de julio, el diputado Nicola Pagliarani,[13] del Partido Comunista Italiano, remitió la siguiente pregunta al Ministro del Interior: Al día siguiente, las autoridades italianas permitieron que el guardián Piero Ciavatta y su esposa desembarcaran en Rímini.Los días 21 y 22 de septiembre fueron nombrados los integrantes de la sexta sección del Consejo de Estado que debía juzgar el caso: como presidente Vincenzo Uccellatore, el relator Mario Gora, los consejeros Carlo Anelli, Lorenzo Cuonzo, Alfano Quaranta y Mario Egidio Schinaia, y el secretario Pasquale Del Po.El 18 de noviembre, Catalano decidió pedir una evaluación técnica preventiva sobre la isla.El 26 de noviembre, Catalano mantuvo una entrevista con Renato Zangheri, del Partido Comunista Italiano, el cual (según el "Memoriale" del Ing. Giorgio Rosa publicado en 2009 por Persiani Editore anexo al DVD documental Cines en la Isla) «sostiene que detrás de mí (por Giorgio Rosa) está una potencia extranjera»,[15] rumoreandose que países soviéticos como la Albania de Enver Hoxha, en esa época ya fuera del Pacto de Varsovia, estaban involucrados.El 3 de diciembre fue jurada la evaluación técnica preventiva del Ing. Giuseppe Lombi de Rimini, que solicitó cinco meses para la realización del encargo pericial.Mientras Rosa concedió una entrevista muy dura a Amedeo Montemaggi de Rimini de " Il Resto del Carlino", diciendo la siguiente frase: "¡Me da vergüenza ser italiano!".En Rimini se colocaron carteles de luto que decían:Las reivindicaciones de la soberanía, la independencia y los derechos internacionales adquiridos por los propietarios de la plataforma eran infundadas, ya que los ciudadanos italianos, incluso fuera de Italia, deben estar sujetos a leyes estatales (esto en pocas palabras se puede deducir a partir del ensayo en el 1968 International Law Review ).Actualmente en una posición similar a unos 16 km de la costa se encuentran las plataformas metaníferas de la empresa Eni, "Azalea A" (44°10′16″N 12°42′52″E / 44.17111, 12.71444) y "Azalea B" (44°9′50″N 12°43′12″E / 44.16389, 12.72000).Cabe destacar que el escudo de armas se reproducía en el borde superior de los sellos postales y tomaba los mismos colores (verde, blanco y rojo) que la bandera italiana, pero, en lugar de representar cuatro rosas formando un ramo, solo llevaba tres.), es decir, el Chor der Norwegischen Matrosen de la primera escena del tercer acto de El holandés errante del compositor alemán Richard Wagner.Este evento debió haber sido el resorte comunicativo para la elección (guiado por un cuidado marketing) del esperanto.También tenía otra divisa, el Ros, equivalente a 100 Mills/Miloj y, por tanto, 100 liras.
La Isla de las Rosas en funcionamiento con una lancha amarrada.
Ubicación de la isla dentro de los límites internacionales actuales.
Bandera de la República de la Isla de las Rosas, en el centro, el escudo de la isla.