[3] En Francia estudió piano, arpa, guitarra, armonía, composición y, sobre todo, canto, con el profesor italiano residente en París Federico Massimino.
Clorinda se quedaría en Chile hasta el final de sus días y donde sería retratada, como la misma Zegers, por el francés Raimundo Monvoisin; fervorosa admiradora del arte lírico italiano, lo "promovió intensamente dejando una semilla que germinó con la difusión y posterior establecimiento de la ópera en Chile en el siglo XIX".
"Isidora Zegers se desenvolvió como artista en la música de salón, espacio que representaba plenamente el espíritu romántico y la cultura burguesa de la época", señala el artículo que le dedica Memoria Chilena.
[2] La casa de los Huneeus Zegers fue frecuentada por intelectuales, músicos nacionales e ilustres visitantes extranjeros entre los que figuraron los argentinos Bartolomé Mitre, que llegaría a ser presidente del país vecino, y Domingo Faustino Sarmiento, político y escritor, quien también posteriormente sería presidente de dicha nación; el alemán Mauricio Rugendas, el francés Monvoisin, ambos pintores; Mercedes Marín del Solar, el lingüista venezolano establecido en Chile Andrés Bello, los chilenos José Joaquín Vallejo, escritor costumbrista más conocido por su seudónimo Jotabeche y Federico Guzmán, compositor y pianista, el estadounidense, también compositor, Louis Gottschalk.
Asimismo, estuvo en contacto con los músicos activos en Chile más importantes de su siglo: el compositor peruano José Bernardo Alcedo, el alemán Guillermo Frick, Francisco Oliva, Aquinas Ried y el citado Zapiola.