Este pequeño río es subterráneo cruza el pueblo y sale en el Ojo de Agua en Aguadilla.El cacique más importante que habitó esas tierras fue Mabodamaca, cuyo rostro esculpido en piedra adorna la entrada del pueblo.A finales del siglo XVIII, cuando fue visitada por Fray Iñigo Abbad y la Sierra, San Antonio de la Tuna contaba con iglesia, más de sesenta viviendas y casi 1,200 habitantes en todo el territorio, lo cual es considerable para la época.La segunda década del siglo XIX, alrededor de 1818, los vecinos, estimulados por el obispo, Mariano Rodríguez Olmedo, otorgaron poder a Pablo Corchado para que en sus nombres solicitara del gobernador, Salvador Meléndez autorización para trasladar la población a una nueva sede más cercana a la costa del mar.La ciudad es conocida como el «Jardín del Noroeste» por las varias flores que era normal ver.[6] En sus orígenes, la economía se había basado en la cría de ganado vacuno.Hoy en día se fundamenta en la agricultura, pequeños negocios, centro comercial, ganadería, pesca, productos típicos (queso de hoja, pasteles, dulce del país), artesanía, fábricas de alta tecnología, sistema cooperativista y áreas turísticas (centros vacacionales, hoteles, restaurantes y centros recreativos).Según el más reciente censo del 2010 actualmente cuenta con una población de 45 631 habitantes.La corona mural, cual adorna su tope, simboliza el espíritu de unión y hermandad entre los habitantes del pueblo.
Middles Beach, un lugar popular para las competiciones internacionales de
surf
.