El parlamento norirlandés rechazó esa posibilidad, y solicitó seguir perteneciendo al Reino Unido, convirtiéndose desde entonces en uno de sus países constituyentes.
En 2009 una encuesta reflejaba que el 21% de los ciudadanos norirlandeses apoyaba una Irlanda Unida.
En términos políticos, el gobierno británico se mostró renuente en los años 1920 a retirar su jurisdicción a la totalidad de la isla por razones estratégicas; su política desde 1921 ha sido, al menos formalmente, de respeto a un acuerdo por la unidad irlandesa siempre que se realizase con el consentimiento voluntario del Norte.
En 1940 Gran Bretaña llegó a ofrecer la unión del Norte con el Estado Libre Irlandés, a cambio del abandono irlandés de la neutralidad en la Segunda Guerra Mundial y su consiguiente entrada en guerra contra el Eje, propuesta que fue rechazada rápidamente.
[6] Los principales partidos políticos en el Sur se muestran a favor de la misma, al igual que el SDLP y el Sinn Féin (y los grupos paramilitares republicanos) en Irlanda del Norte.