Su tesis se titulaba Rayos X en las Tierras Raras.
Para su primer trabajo, fue atraída por una oferta con pocos detalles del por entonces no muy conocido Centro de Investigación Aeronáutica en Trauen, Alemania.
Su campo de actividad se centró en la termodinámica y en la dinámica de gases, problemas relacionados con los propelentes líquidos utilizados en los cohetes.
Fue directora científica delegada del Instituto de Investigación para la Física de Propulsión a Chorro, que había sido fundado por Eugen Sänger en Stuttgart.
En 1963 trabajó como ingeniera asesora en asuntos espaciales para las compañías Junkers y Bölkow (posteriormente Messerschmitt-Bölkow-Blohm GmbH).