Fue descubierta por el arqueólogo francés André Parrot en 1935-1936, sobre un muro in situ opuesto a la gran puerta sobre el podio que sostiene la sala del trono.
Este está dividido horizontalmente en dos rectángulos recortados por seis líneas paralelas de diferentes colores.
La pintura está hecha para reflejar la arquitectura real del palacio en el cual el mural se ubicaba.
Se muestran plantas saliendo del jarrón, y peces nadando en el agua que fluye.
La diosa Lama se encuentra en el jardín, a cada lado de la escena central, levantando las manos en oración.